sábado, 4 de julio de 2015

La educación es importante

Educadores y trabajadores de la salud tienen muchos factores en común. No hace falta entrar en discusiones micro o macro económicas, o políticas para entender y reconocer la importancia en la sociedad que representan. Constituyen la columna vertebral de un sistema que se apoya en ellos, pero en pocas ocasiones repara en su cuidado o en su estado. Y en ese mismo juego de palabras, es el Estado quien no suele consentirlos y los menosprecia, hasta el punto que el verdadero impulso por seguir adelante y mantener la motivación sólo es brindado por el educador o prestador de salud.
La importancia del médico, simplificando, es evidente, pues ante una situación de emergencia, una decision determinara en muchos casos la vida o la muerte de una persona. El médico tiene el 'poder'. Lo reconocemos, lo sabemos, lo aceptamos. Este poder tiene una característica fundamental (al menos en este razonamiento planteado): es inmediato. Vive o muere. Y es un poder tangible, comprobable, que además solemos verlo en medio de situaciones para terceros totalmente intensas en cuanto a la emocional. Por lo tanto, no negamos su existencia.
Los educadores en cambio, tienen otro poder. Un poder que no es tangible, no es comprobable. No lo es. No, al menos en el corto plazo. Entonces la gente no ve las consecuencias que tiene determinado acto educativo. No ve que las decisiones que tomarán los individuos formados dependerán de su situación educativa.
Por lo tanto, creo que existe un menosprecio por la educación, pues es más dificil de comprobar sus consecuencias.

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